miércoles, 8 de enero de 2025

COMUNION E LAURI AGAPE ESTAMOS TODOS

 


NISPEROS ABUNDANTES COSECHA 2023

 


first communion lauri

 


  MADRID PLAZA FUERTE CONTRA LA BESTIA


Resiste Madrid ciudad abierta alegre y confiada. Yo no odio a los rojos pero soy azul y no han pasado ni pasarán. Vivimos un momento morrocotudo y los rábulas hacen cábalas la Cernuda tan ceñuda échale un galgo a esa gallega y la Griso esa putilla de las mañanas puso en el espejo a Amón el hijo de aquel que pereció en un helicóptero cosas me pasan chaval no fui a la reunión y estuve tomando chupitos de aguardiente en ca Manolo el de la Puebla de Sanabria. Se acercaron a nuestras líneas pero no han saltado los parapetos de la Universitaria y Reina Victoria, somos carne de dolor y de aguardiente de trinchera. Llevo colgado al cuello la imagen de la Virgen de Covadonga. Cataluña hace sonar sus tambores de guerra pero Madrid resiste siempre fue así. Madrid alzado en contrapoder y resistente. Los judíos de Bruselas Juncker la merdellona de la Merkel (sufragánea de la sinagoga de Berlín) hoy me siento inglés viva el Brexit, el Coletas en su casoplón y así sucesivamente. La Europa de los mercaderes ha sido una ruina para nuestra nación los campos abandonados la leche derramada las iglesias sin campanas y las campanas sin campanarios. Castilla asfixiada por la oligoantropía sencillamente no hay niños jugando al corro. El Sánchez cara de circunstancias pues sabía que en su victoria hay tongo se va a ver a Macron ese judío al que los franceses dieron la espalda. Tiempos inclementes se avecinan pero Madrid entona el canto del no pasarán. El sanchismo teme a la derecha dice que es el lobo feroz pues a ver si tiene cojones. Sabe Perico los Palotes que su victoria fue pírrica. Madrid es mucho Madrid duro de pelar. Fuerza, España, aguantemos el tirón.

martes, 7 de enero de 2025

 LEGA ENERO QUE ABRE TODAS LAS PUERTAS Y TODOS EN LA COCINA, QUIETOS

 

 

Me veo de niño al calor de la lumbre de aquella cocina de carbón (la llamaban la económica) y ya soy un viejo.

─Cerrad la puerta que se escapa el gato.

─Uy que frío, chiquitos. Está nevando por los puertos.

─Pues a arroparse y en casa, quietos

Mi padre venía del cuartel el capote blanco. Copos de nieve se le posaron en el chápiro y hasta en el barbiquejo

Para los gélidos inviernos de Segovia no había nada como aquellas cocinas de hierro. No había calefacción central. El marranillo gruñía en la cohorte, las gallinas, aseladas en los palos del gallinero, ni se movían a causa del frío extremo. Lo malo era la hora de acostar.

Un ladrillo de las obras de las casas militares o una caneca de agua caliente hacían el avío contra las tiritonas. Mi hermano y yo dábamos diente con diente.

Habían pasado las navidades, se terminó el turrón, se acabaron los canticos ancestrales, los villancicos, recogíamos el belén y mamá cocinaba soplillos que estaban buenos con leche. Venían los vecinos el sr. Jacinto, el teniente Ricardo y el sr Conrado maestro ajustador y hacíamos filandón.

Nuestros padres hablaban de la guerra y los chicos nos calentábamos las orejas con el juego del zorro pico zaino que consistía en darse trompazos. Cocábamos a los borrachos al salir de la escuela pues en Segovia no faltaban tabernas para calentar el vientre con aguardiente y cantábamos aquella canción de corro que aprendimos en las poesías de Góngora:

Almuerzo como un tudesco

Echo siestas como un obispo

Al salir de misa

Si es verano en el jardín

Si es invierno

En la cocina

La cocina era nuestro nido en las tardes de febrero. No se recaban algunos de llamarnos cocinillas y las viejas murmuraban: si vas de romería, golfo y si te quedas en la cocina maricón

─¿Marica yo? Amos anda. Soy frugífero. Los tengo bien puestos