miércoles, 28 de febrero de 2018

Una joya del realismo inglés

El sello leonés Mr Griffin presenta hoy en el Belmondo su edición de una obra de William Makepeace Thackeray


24/02/2018
  • William M. Thackeray. ARCHIVO - William M. Thackeray. ARCHIVO -
 

dl | león
El bar Belmondo acoge hoy sábado, a las 14.00 horas, la fiesta de presentación de la nueva ‘joya’ que publica la editorial leonesa Mr Griffin. Se trata del libro Las tremendas aventuras del comandante Gahagan, de William Makepeace Thackeray, con prólogo de Gerardo Rodera, quien ejercerá de maestro de ceremonias en la presentación.
Como explica el enigmático editor Miguel Riera, responsable del sello Mr Griffin, «hay libros que te cambian la vida. Este, aunque extraordinariamente entretenido y muy divertido, con toda seguridad, no es uno de ellos. Se trata de un conjunto de relatos que narra las estrafalarias y por momentos hilarantes aventuras en la India previa al Raj de un soldado irlandés perteneciente al ejército privado de la Muy Honorable Compañía Británica de las Indias Orientales». Thackeray ensaya con el comandante Gahagan la sátira despiadada de un tiempo —la recién estrenada época victoriana—, de la moral asociada a ellos —el deber, el decoro y la propiedad— y de unos comportamientos —los de los arribistas sin escrúpulos— que luego perfeccionaría en sus dos obras maestras, La suerte de Barry Lyndon y La feria de las vanidades, y en sus respectivos protagonistas, Redmond Barry y Becky Sharp; sin olvidar alguna que otra andanada dirigida al «invencible valor británico» y a los militares del Imperio.
En estas tremebundas aventuras, Thackeray compone un personaje que es el prototipo del irlandés baladrón y matasiete, todo un miles gloriosus que se convierte en digno heredero de ese otro fanfarrón insigne, el barón de Münchhausen de Rudolf Erich Raspe (1785), y que merecería, como este, dar nombre a una enfermedad muy extendida en nuestra época y cuyos síntomas son la mentira patológica, la ambición sin cuento y la inmoderada exageración.
Lugar: bar Belmondo (San Lorenzo, 1).
ISRAEL ABRE EL SANTO SEPULCRO


Peregrinos cristianos rezan ante la Iglesia del Santo Sepulcro




JUDAÍSMO DE LA INTELIGENCIA Y EL PERDÓN PARA CAMINAR EN TIEMPOS DE PARUSÍA

 

"Si xto no ha resucitado vana es nuestra fe" Las palabras del Apóstol han retumbado en mi memoria en medio de la desazón que me causara la decisión de cerrar el Sepulcro del Señor. El gobierno israelí inspirado por la inteligencia inherente a todo judío o tal vez bajo la inspiración del Paráclito llamóse a andana y la tumba de Jesús fue abierta esta mañana a los creyentes. Triunfó el pensamiento fariseo (los fariseos creían en la otra vida) sobre el saduceo inmanentita que dijeron que no hay resurrección. Las dos ideas son aceptables porque nadie ha venido desde el otro mundo a certificarnos que tal creencia es cierta. Los cristianos cantamos en el oficio de difuntos a los que murieron "en la esperanza de la resurrección" y únicamente mediante la Fe nos sentimos seguros de que al otro lado de la Barca habrá un cielo para los buenos y un infiernos para los malos. ¿Estaré yo entre los elegidos en el rebaño de las ovejas o en la turba de los préditos o condenados? No sé. Hay casos en que la religión se reviste del ropaje del mito. Escucho los cantos de resurrección pero también me afligen los pesares, fraudes, enfermedades, injusticias, descalabros, malos pasos que acompañan al ser humano en su caminar por la tierra. "Mi reino no es de este mundo" proclamó Jesús en su prendimiento ante el sanedrín cuando canto la Passio. Señor ¿estás ahí? ¿Está el sepulcro vacío? Resurrexit sicut dixit, advirtió el angel a las santas mujeres y hago de esta frase vademecum de mi peregrinación por la tierra. Pero no puedo condenar nunca a los no creyentes. Mi religión me inclina al perdón y ver las cosas desde una perspectiva de progreso y esperanza. Odio la guerra sobre todo la guerra de Siria en la cual los sionistas tienen arte y mucha pare pero no entiendo. Señor, que vea. Abre mis ojos, llenos de arena. Libarme del odio y de la ira. Que unos y otros vivan con su idea. A pesar de todo, soy periodista y la critica y a veces la sátira que denuncia la estupidez humana son parte de mi lote. Vivamos todos en paz. Shalom. Por lo pronto la decisión del alcalde jerosolomitano de reabrir el Santo Sepulcro al culto es una sabia decisión aparte de una opción redituable para las arcas de Israel. Sigue el canto de la pasión mientras esto escribo que me recuerda que mi misión de escritor forma parte de la herencia de los diáconos: cantar las verdades del barquero y portar sobre mi estola todo el peso de la liturgia sagrada. La Parusía ya no está lejos.