domingo, 24 de agosto de 2025

 

EL SOLDADO DE SALAMINA QUE SOBREVIVIÓ AL ODIO DE LA GUERRA CIVIL

 


SANCHEZ MAZAS LA VIDA NUEVA DE PEDRITO DE ANDÍA

 

Me conmovió la relectura de esta magistral novela en la cual está plasmada mi infancia y la de otros muchos jóvenes de mi generación que pertenece rieron a las Congregaciones Marianas. Muchas misas y rosarios, el estudio en salas de repeto, la dormida en crujías corridas y camarillas. Éramos muy devotos de la Virgen y lanzábamos jaculatorias a todo pasto para alejar la tentación. ¡Antes morir que pecar! Para repeler la tentación pero estaban las hormonas sublevadas y las leyes del instinto no nos dejaban en paz por ser la naturaleza irreflexiva e inexorable. Sueños húmedos la noción del pecado, las delicias del sexo se convertían en una tortura infernal. Y habría que ir a declararlas ante el confesor al día siguiente… padre yo me acuso… hijo ¿Cuántas veces?... lo menos catorce… hijo mío, ese camino de abrojos te conduce al infierno, elige el de la vía estrecha… tomad Virgen pura nuestros corazones… cantábamos en las sabatinas a grito pelado pidiendo a Nuestra Señora el don de la castidad pero la tentación estaba ahí entrometida en desvíos tortuosos. Era la adolescencia un lugar neutro, unos tiraban para un lado y otros para otro, entonces venían las amistades particulares. Te enamorabas de Isabel pero quisieras montártelo con José Mari que era el seminarista del pupitre de al lado, el compañero de terna. Hacer a pelo y a pluma resultaba cosa probable en aquellos internados hacinados de jóvenes con las hormonas sublevadas. El P. Penagos que nos recomendaba este libro ya nos lo advertía:

─Tengan mucho cuidado con las amistades particulares

Y por amistades particulares había que entender amores efébicos. Lo de la cáscara amarga no nos lo habían enseñado pero era intuido. La balanza podía inclinarse a un lado o a otro. Sin embargo, esos ardores pasaban pronto. La prosa de Sánchez Mazas es una delicia. Regüeldan por toda ella los vasquismos como en este párrafo en el cual el autor barrunta algo profético que le ocurriría a lo largo de su existencia. Según Javier Cercas, “El Soldado de Salamina” era él. Lo avistó un soldado republicano en la retirada le apuntó sin dispararle. El barrunto salta en el capítulo 60 cuando entra Pedrito un desván y encuentra armas de la guerra carlista y al salir su tía creyendo que era un ladrón le apunta con la escopeta. No dispares que soy Pedrito… Muy cargado vas, Perico, pintor o así no te has hecho ahora… no dispares, Edurne y Edurne no disparó como tampoco el soldadito de Salamina cuando se retiraba el ejercito republicano hacia Francia. Sánchez Mazas un bilbaíno de una familia tradicionalista fuer uno de los fundadores de Falange autor con el maestro Echeverría del Cara al Sol. Hecho prisionero al comienzo de la guerra civil, cuando estalla en Barcelona, trató de huir a Francia refugiándose en una masía de Gerona. Los payeses se negaron a acogerlo. Huyó al monte y el ejército en retirada dio una batida, lo encontró según Javier Cercas acurrucado entre unas zarzas, pero don Rafael (1898-1966) dijo que no le vio. Que no pudo hacer la vista gorda porque él se hizo el muerto o así. Cercas reconstruye la fábula y con cierta carpintería dramática consuma el argumento. Pero el libro del que fue redactor de Los Sitios de Gerona un periódico que perteneció a la prensa del Movimiento no alcanza las calidades estilísticas de Sánchez Mazas. Como era de los nuestros los rojos lo pusieron fuera de combate y ha sido fusilado por segunda vez. Eso de la memoria histórica es una sandez para deshonrar a nuestros muertos y resucitar a los suyos. Don Rafael era un falangista terciado en requeté. Yo le leía en las páginas del ARRIBA alguna vez y desde aquí honro su memoria.

 

domingo, 24 de agosto de 2025

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